En la tarde del pasado día 23 fuimos requeridos para rescatar un grupo de gallinas abandonadas en un barranco cercano al Pabellón Carlos Sastre de nuestra ciudad y que parece ser proceden de alguna explotación avícola de nuestro entorno.
Se trataba de 30 gallinas ponedoras que, por razones que se ignora, aparecieron en ese lugar en condiciones que demuestra que habían sido abandonadas deliberadamente para que murieran sufriendo.
Como es habitual en estos casos nos dirigimos al lugar y con la ayuda de la Patrulla Verde de la Policía Local de Ávila fueron recogidas todas y trasladadas a nuestro refugio para auxiliarlas debidamente.
Al igual que en otros casos parecidos, podemos trasladar a nuestros conciudadanos, gracias a la difusión rápida de este hecho a través de nuestros voluntarios, que prácticamente hemos entregado casi todas ellas a personas que se han comprometido a ofrecerles lo que se merecen, es decir, vivir en entornos naturales y no morir sufriendo en un barranco como se pretendía.
Al informar de este hecho aprovechamos para transmitir que en relación con la explotación de aves de corral, la normativa sobre cuidado, explotación, transporte, experimentación y sacrificio está regulada por la Ley 32/2007, de 7 de noviembre que sanciona el abandono de los animales que se trasladan para su sacrificio, hecho que parece ser es el resultado del hallazgo.
Nuestra Asociación, en lugar de derivar estos animales a los servicios de la Junta de Castilla y León que ordenarían el traslado de las gallinas a un matadero para ser sacrificadas, ha decidido derivarlos a aquellas personas responsables que se pudieran hacer cargo de ellas y evitar de esta forma que vivan en condiciones mejores en lugares apropiados.
Aprovechamos la ocasión para agradecer la ayuda prestada por la Policía Local de Ávila, los voluntarios de Huellas y todas aquellas personas que se han hecho cargo de estos maltratados animales.
Gracias amig@s
El equipo de Huellas